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MALDITA TECNOLOGÍA

Pájaro con alas artificiales

Analizando la narración de la autora, podemos hacer un acercamiento sociológico  observando en primer lugar el contexto geográfico: un límite tripartito que genera convivencia de comunidades diversas, con sus diferentes culturas e idiosincrasias (que pueden incorporarse a los sujetos y pasar a formar parte de su cotidianeidad o ser elemento de conflicto); luego, vemos la propia comunidad de la autora, a la que llegaron los gringos e intentaron introducir cambios que para ellos eran “necesarios” por razones de trabajo … logrando obtener probablemente mano de obra barata a partir del “beneficio” de instalar fincas para cultivo, e intentado desarraigar una cultura instalada de ranchos “por razones de salubridad” (y nos hace pensar en el extrañamiento, y en los poderes y en las soberbias… porque haciendo analogía podríamos plantear hoy en día la contaminación que generan los celulares, estudio tan bien resguardado por los celos comerciales, estableciendo un producto cada vez más masivo en lugar de plantear su eliminación); y acercando la lupa podemos ver el entorno familiar de la autora y su situación socioeconómica, de familia humilde y numerosa, niños trabajadores como situación “natural” y ampliamente aceptada, donde la escuela era un espacio de esparcimiento y liberación; y dentro de ese entorno  la situación específica de la escritora, como niña que superó las fronteras de la comunidad a pesar de las dificultades: distancias a recorrer para la escuela y para el trabajo, el esfuerzo para rendir en ambos espacios, la capacidad de comunicación con otros y la admiración hacia la destreza de las mujeres matacas y el afán por aprender el oficio del tejido.

Analizado desde el ámbito educativo, no podemos dejar de pensar que esta vida transcurría contemporáneamente al Mayo Francés, que mientras reclamaba cambios a nivel político,  institucional, educativo en Europa y en el mundo en esta escuela recóndita persistía un sistema escolar autoritario y religioso donde predominaba la tradición positivista,  la enseñanza de materias “básicas” como lengua y matemática, donde el planteo era claramente el de la escuela como instrumento de dominación que además se asentaba en paradigmas propios de la enseñanza en la ciudad, sin tener en cuenta las tradiciones y condiciones del lugar.

Sin embargo esa escuela aparece como el único espacio donde los niños “descansaban” de su vida cotidiana, porque es donde se les permitía jugar y aprender en lugar de trabajar. Y aparece entonces la escuela como ámbito de contención antes que de enseñanza al entregar “contenidos muy pobres, muy vacíos”, “objetivo del maestro q aprendiéramos a leer y escribir”, egresar sabiendo “leer de corrido”. En este sentido el relato nos obliga a pensar en la necesidad y el compromiso, como docentes, para elaborar un sistema de enseñanza-aprendizaje que tenga en cuenta la cotidianeidad de los niños de la zona en cuanto a las distancias, el formato de la estructura familiar, la organización social, la diversidad de culturas: niños casados jóvenes, sus actividades, obligaciones, dificultades de transporte y comunicación; sin ser excluyente en cuanto debe proporcionar un currículo completo y no sólo  nociones básicas. En definitiva es actuar en consecuencia de la educación como el espacio de liberación por excelencia, que da lugar a mayores y mejores condiciones de vida a futuro: mayores posibilidades de acceso al trabajo, y a condiciones dignas del mismo, y por lo tanto mejores condiciones de existencia, para el sujeto y su familia.

HOLA!

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Soy Bárbara Simón. Soy socióloga egresada de la FCPyS de la U.N.Cu.